
Se considera un grave perjuicio para la salud, que aumenta el riesgo de muerte como consecuencia de enfermedades en el hígado, cáncer, depresión, accidentes, etc.
Sin embargo, muchos alcohólicos no reconocen su problema y, por tanto, nunca buscan ayuda para resolverlo, mientras que en otros casos la verdadera razón por la que solicitan asistencia (el abuso del alcohol) aparece enmascarada por los efectos del alcoholismo sobre el estado físico y psicológico del paciente, que a esas alturas de la adicción ya resultan evidentes.
El tratamiento del alcoholismo requiere de una intervención multidisciplinar de diversos profesionales que atiendan los aspectos físicos y psíquicos de la dependencia, así como las diversas patologías asociadas.
CONSECUENCIAS DEL ALCOHOLISMO
Podemos clasificar las consecuencias del alcoholismo por sus efectos:
- Físicos: cáncer, enfermedades en el hígado, cefaleas, diabetes, gastritis, problemas cardiovasculares, insomnio,pancreatitis, apoplejía (es decir, un infarto o una hemorragia cerebral), deficiencias nutricionales, degeneración cerebral, disfunción eréctil...
- Psicológicos: depresión, ansiedad, ira, celotipia (imposibilidad de controlar los celos), epilepsia, psicosis,síndrome de Korsakoff, demencia alcohólica...
- Sociales: desestructuración familiar, problemas laborales, problemas económicos, accidentes, maltrato…
FACTORES DEL RIESGO DEL ALCOHOLISMO
- La herencia
- Los factores psicológicos
- Las relaciones sociales y el consumo de alcohol
El alcoholismo es una dependencia o adicción física a una sustancia, en este caso el alcohol, y para determinar que una persona es alcohólica debe presentar alguno de los siguientes síntomas de forma continuada durante un tiempo:
- Deseo intenso de beber alcohol.
- Falta de control sobre el consumo de alcohol, referido tanto a la necesidad de empezar a beber, como a la incapacidad para suspender o reducir este consumo.
- Bebe cuando está solo, y trata de ocultar su conducta a las personas de su entorno.
- Síndrome de abstinencia cuando no se consume, que se caracteriza por un malestar físico intenso que el paciente intenta aliviar bebiendo.
- Tolerancia. Esto implica que el individuo necesita consumir mayor cantidad de alcohol para lograr los mismos efectos.
- Lapsus o lagunas en la memoria.
- Interferencia en la vida cotidiana: por ejemplo aparece un abandono progresivo de otras fuentes de placer, se descuida el aspecto personal, disminuye el rendimiento laboral o académico, o se emplea mucho tiempo para conseguir alcohol o recuperarse de sus efectos.
- El consumo de alcohol persiste con independencia de sus consecuencias físicas (como el daño hepático o la desnutrición), psicológicas (depresión, ansiedad), del deterioro cognitivo, o de las repercusiones que tenga sobre la actividad laboral, las relaciones familiares y sociales, etc.

DIAGNOSTICO
Las primeras manifestaciones del alcoholismo son las respuestas físicas que aparecen durante la abstinencia (temblores, sudoración, dolor de cabeza, náuseas, ansiedad o aumento de la frecuencia cardiaca y de la presión sanguínea). Estos síntomas se acompañan por un fuerte deseo de consumir más alcohol. Sin embargo, no es frecuente que un alcohólico reconozca en un primer momento que tiene un problema con el alcohol. Este hecho dificulta enormemente el diagnóstico médico, mientras que el alcohólico continúa bebiendo y desarrollando una mayor tolerancia al alcohol.
TRATAMIENTO DEL ALCOHOLISMO

Las primeras manifestaciones del alcoholismo son las respuestas físicas que aparecen durante la abstinencia (temblores, sudoración, dolor de cabeza, náuseas, ansiedad o aumento de la frecuencia cardiaca y de la presión sanguínea). Estos síntomas se acompañan por un fuerte deseo de consumir más alcohol. Sin embargo, no es frecuente que un alcohólico reconozca en un primer momento que tiene un problema con el alcohol. Este hecho dificulta enormemente el diagnóstico médico, mientras que el alcohólico continúa bebiendo y desarrollando una mayor tolerancia al alcohol.
La evaluación psicológica será fundamental, junto al diagnóstico médico de los síntomas mencionados, para valorar el grado y el patrón de consumo de alcohol del paciente (uso, abuso, dependencia). El médico interrogará al paciente, o a un familiar en caso de que el afectado no quiera o no pueda responder a las preguntas, sobre sus hábitos en relación al consumo de alcohol. También se realiza un examen físico, y pruebas para detectar los problemas físicos o patologías que haya podido desarrollar a consecuencia del abuso de alcohol.
TRATAMIENTO DEL ALCOHOLISMO
Debido a que el alcoholismo es una enfermedad multicausal, su tratamiento debe seguir un enfoque multidisciplinar en el que se integre el trabajo de varios profesionales especializados en la adicción al alcohol. Los tratamientos actuales no inciden sobre la dependencia, sino sobre el consumo y la decisión de consumir.
Hay varias fases en el tratamiento y la primera estriba en el reconocimiento de la adicción por parte del paciente. Cuando este deja de beber manifiesta el síndrome de abstinencia, que debe ser tratado adecuadamente y que, dependiendo del grado de dependencia, puede hacer necesario el ingreso hospitalario del paciente. Esta fase se conoce como desintoxicación. En la última etapa del tratamiento, la deshabituación, el objetivo es que el paciente permanezca abstemio durante el resto de su vida. Todo el proceso terapéutico se basa en intervenciones psicoterapéuticas, psicofarmacológicas y psicosociales, que incluyen: terapia individual y/o de grupo, programa de prevención de recaídas, farmacoterapia, psicoterapia familiar o de pareja, coordinación con grupos de autoayuda, seguimiento desde atención primaria, atención especializada, servicios sociales, y unidades de internamiento generales, y específicas para la dependencia (UDA).
Los tratamientos conductuales se basan en que la dependencia alcohólica es una conducta adquirida, consecuencia directa de una serie de factores que motivaron el inicio del consumo de alcohol, que en muchos casos también están relacionados con la permanencia del hábito. Por tanto, su objetivo es modificar esta conducta actuando sobre el individuo, con la colaboración de familiares y amigos. La influencia de las redes sociales de apoyo del paciente tendrá un papel crucial en la rehabilitación del alcoholismo.
PREVENCIÓN DEL ALCOHOLISMO
En segundo lugar, es preciso informar al adolescente sobre las consecuencias reales del alcohol. Afortunadamente cada vez son más los jóvenes que conocen los efectos del alcohol y las graves consecuencias que puede tener sobre su salud y su calidad de vida, pero si no se acompaña de medidas efectivas de prevención, la información no es suficiente.
PREVENCIÓN DEL ALCOHOLISMO
La prevención del alcoholismo debe iniciarse en la adolescencia o incluso antes. La recomendación es no beber nada de alcohol antes de la edad adulta. Para fomentar la abstención alcohólica es fundamental la actitud de la familia del menor; así, hay padres que no quieren que sus hijos beban pero consumen bebidas alcohólicas con frecuencia en presencia de sus hijos, o hacen comentarios sobre “cuánto bebían de jóvenes”. Esta conducta pro-alcohol puede hacer que el joven considere que el consumo de alcohol es algo normal y deseable en algunas ocasiones (por ejemplo cuando se está con amigos).

Por eso, un tercer pilar fundamental para evitar la adicción, será dotar al adolescente de las estrategias necesarias para eliminar los factores de riesgo que le pueden inducir a consumir alcohol, como mejorar su autoestima y sus habilidades sociales. En este sentido, será fundamental también ayudar al joven a soportar la presión del grupo y mostrarle formas alternativas de diversión. En esta línea, la FAD (Prevención de Ayuda Contra la Drogadicción) ha desarrollado un programa de prevención del alcoholismo desde el ámbito familiar. Sus objetivos son desarrollar una visión adecuada del uso y abuso del alcohol, y proporcionar estrategias de intervención que ayuden a los padres a prevenir el consumo de alcohol en el ámbito familiar.
EL SIDA
El sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) es el estado avanzado de la enfermedad producida por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Una persona infectada por el VIH se denomina seropositiva (VIH positiva) cuando el virus se encuentra en su organismo pero no presenta síntomas manifiestos; y desarrolla un cuadro de sida cuando el recuento de linfocitos T4 es menos de 200 células por mililitro cúbico de sangre (el recuento normal de una persona sana varía entre 500–1500 células por mililitro cúbico) y presenta manifestaciones clínicas de la enfermedad.
EL SIDA
El sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) es el estado avanzado de la enfermedad producida por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Este virus destruye de manera progresiva el sistema inmunitario de la persona que lo padece. En concreto, afecta a las células denominadas linfocitos T4 (también llamados linfocitos T cooperantes o CD4).

Esto provoca que el organismo se quede desprotegido frente a las infecciones oportunistas, que son aquellas infecciones que no se producirían en un individuo sano, debido a que su sistema inmunitario es capaz de luchar contra los organismos que las originan. También puede provocar la aparición de cáncer.
Todas las personas que tienen en su organismo el virus, ya sean seropositivas o hayan evolucionado a sida, son portadoras y pueden transmitir el virus.
COMO SE CONTAGIA EL SIDA
El VIH se contagia a través del semen, la sangre, las secreciones vaginales y la leche materna. Estos son los fluidos corporales que presentan una concentración del virus suficiente como para infectar a una persona.
Por tanto, hay tres vías mediante las cuales el virus del sida sí se contagia:
- Vía sexual: mediante el contacto sexual, ya sea vaginal, anal u oral; siendo el anal el que presenta un mayor riesgo por la delicadeza de los tejidos y la facilidad con la que se pueden producir heridas.
- Vía sanguínea: se produce al compartir cualquier material que haya estado en contacto con sangre de una persona infectada y que pueda ponerse en contacto posteriormente con la sangre de una persona sana. Puede tratarse de jeringas, agujas, y todo el material que se use para realizar piercing, tatuajes, o en sesiones de acupuntura, y no haya sido esterilizado previamente. El riesgo de transmisión a través de las transfusiones de sangre actualmente es muy bajo, gracias a los grandes controles que se realizan a la sangre donada.
- Vía vertical (madre-hijo): cuando la madre es seropositiva se puede producir la transmisión del virus durante el embarazo, el parto y la lactancia.

Partiendo de esto, hay una serie de colectivos que presentan un mayor riesgo de contraer el VIH:
- Recién nacidos de madres con VIH que durante el embarazo no recibieron ningún tipo de terapia.
- Drogadictos que comparten agujas para inyectarse drogas por vía intravenosa.
- Personas que mantienen relaciones sexuales sin preservativo.
- Personas que recibieron transfusiones sanguíneas o hemoderivados entre 1977 y 1985 (en esta época los exámenes de detección de la enfermedad en las donaciones sanguíneas no eran un protocolo obligatorio).
- Prostitutas.
En otros fluidos como las lágrimas, la saliva o el sudor, el virus está presente pero en una cantidad insuficiente para contagiar a otra persona. De manera que se puede mantener una estrecha relación con una persona seropositiva sin riesgo de contagio, mientras que se tengan una serie de precauciones.
COMO NO SE CONTAGIA EL SIDA
Para infectar el organismo el VIH necesita entrar en la corriente sanguínea, y para ello precisa una vía de entrada, bien a través de heridas recientes, o infectando directamente las membranas mucosas de vagina, ano o recto, pene, boca, nariz y ojos. De otra forma, no es posible contraer el virus, por lo tanto el sida no se transmite en los siguientes casos:
- Compartiendo vajilla (vasos, tazas, platos, copas) utensilios de cocina y cubiertos, ropa, o comida. El VIH no se transmite a través de la saliva, ni a través del aire, por lo tanto no hay peligro cuando se convive con personas infectadas, ni siquiera en el caso de compartir objetos, ropa y comida con ellos. Tampoco se corre ningún peligro por abrazar y besar a un enfermo, ni permaneciendo cerca cuando este tose o estornuda.
- A través de los animales domésticos. El VIH no se puede transmitir del ser humano a los animales, ni viceversa. Los animales pueden ser portadores de otros virus que afecten a su propia especie provocándoles también deficiencias inmunológicas, pero no son portadores del VIH y, por lo tanto, no hay riesgo de que el ser humano se contagie por convivir con estos.
- Al tener contacto con saliva, sudor, heces, orina o lágrimas.
- Por picaduras de insectos. El caso de los mosquitos, que chupan la sangre, puede crear confusión, pero el mosquito no inyecta la sangre de una persona (infectada por VIH o no) en su siguiente víctima. Además, el virus solo puede vivir en células humanas. Los parásitos de la malaria, que es una enfermedad que sí transmiten los mosquitos, se reproducen en el organismo del insecto, lo que no sucede con el VIH.
- Donando sangre, semen u órganos. Las agujas y el material empleados durante cualquier donación están esterilizados, por lo tanto, no existe riesgo alguno para el donante. Podría ser un riesgo para el receptor en caso de que no se siguieran los análisis necesarios, que son obligatorios.
- Acudiendo a piscinas, recintos deportivos, baños, centros comerciales, cines, restaurantes, o cualquier otro lugar público, frecuentado por personas infectadas.

SÍNTOMAS DEL SIDA
Hay que tener en cuenta que no en todas las personas se manifiesta la enfermedad de la misma manera. Por lo tanto, unas personas puede que no presenten síntomas iniciales al infectarse con el virus, mientras que otras experimentan síntomas que no son específicos, sino que son comunes a muchas enfermedades como son: síntomas pseudogripales con fiebre, erupción cutánea, inflamación de los ganglios linfáticos e irritación de garganta.
Algunas personas permanecen años sin síntomas desde el contacto con el virus hasta que desarrollan el sida. En todo este tiempo, su sistema inmunitario se va debilitando por la actuación del virus, de manera que, a medida que va disminuyendo el recuento de células CD4, aumenta la posibilidad de que se vean afectados por ciertas enfermedades:
Enfermedades frecuentes con conteo de CD4 inferior
Enfermedades frecuentes con conteo de CD4 inferior
Enfermedades frecuentes con conteo de CD4 inferior
Fase inicial
Capacidad de respuesta de la persona infectada: cada persona reacciona de manera diferente ante una misma enfermedad.
No existen síntomas iniciales que puedan hacer sospechar a una persona que se ha infectado con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Para comprobarlo, es necesario realizar un examen de sangre específico, denominado Prueba de Anticuerpos al VIH (que es gratuita, inocua y confidencial). Si la prueba es positiva indica que la persona tiene el virus, pero eso no significa que haya desarrollado la enfermedad, ni que necesariamente vaya a desarrollarla. Hay muchas personas que están infectadas sin saberlo, de ahí la importancia de un diagnóstico precoz, que evitaría nuevos contagios.
Hay que tener en cuenta también que, aunque la prueba es muy sensible y capaz de detectar cantidades muy pequeñas de anticuerpos, si el resultado es positivo, es necesario realizar una segunda prueba para confirmar la infección.
Aunque se trate de una decisión personal, si tienes cualquier duda es conveniente que te sometas a esta prueba, no sólo para evitar transmitir el virus a otras personas, sino para que el médico pueda valorar cuándo empezar con el tratamiento, ya que su efectividad aumenta si se inicia en el momento oportuno.
La ventaja de estas pruebas es que se reduce el tiempo de espera desde la extracción de la muestra hasta la obtención del resultado, que se puede tener en tan solo 30 minutos. Sin embargo, no tiene nada que ver con el tiempo que se tarda en producir anticuerpos detectables desde el momento de la infección. Por otro lado, tienen la ventaja de que no requieren un laboratorio para realizar el análisis, pero ten en cuenta que un resultado positivo a estas pruebas requiere una confirmación posterior de laboratorio. Un resultado negativo no requiere confirmación, es fiable. Basta con una pequeña muestra de sangre obtenida de un dedo mediante un pinchazo para poder hacer la prueba. También pueden hacerse en saliva y orina.
Otro incoveniente de esta terapia es que el VIH se puede hacer resistente al tratamiento, por lo que sería preciso cambiar la combinación, y sustituir unos fármacos por otros.
Las personas que padecen hepatitis C y sida al mismo tiempo tienen un riesgo diez veces superior de desarrollarcirrosis, debido a que la coexistencia de ambos virus (VHC y VIH) acelera significativamente la progresión del daño hepático. Así, cuando una persona está infectada por el virus de la hepatitis C puede tardar 20 años en manifestar daños en el hígado, pero este periodo de tiempo se reduce a 10 años si además padece sida. Por lo tanto, el VIH no solo incrementa las posibilidades de que un paciente con hepatitis C crónica desarrolle cirrosis, sino que también disminuye el tiempo de aparición de esta patología.
Enfermedades frecuentes con conteo de CD4 inferior
a 350 células/mililitro cúbico
- Tuberculosis.
- Virus del herpes simple.
- Candidiasis bucal o vaginal.
- Herpes Zoster.
- Linfoma de Hodgkin.
- Sarcoma de Kaposi.
Enfermedades frecuentes con conteo de CD4 inferior
a 200 células/mililitro cúbico
- Neumonía.
- Esofagitis por Candida.
- Angiomatosis bacilar.
Enfermedades frecuentes con conteo de CD4 inferior
a 100 células/mililitro cúbico
- Meningitis.
- Encefalitis por toxoplasmosis.
- Leucoencefalopatía multifocal progresiva.
- Diarrea por criptosporidio.
ETAPAS DEL SIDA
El sida atraviesa diversas etapas, en las que se aprecian una serie de diferencias:
- Depende de una serie de factores:Dosis infectante: la cantidad de virus que se ha transmitido al organismo.
Capacidad de respuesta de la persona infectada: cada persona reacciona de manera diferente ante una misma enfermedad.
- El virus se disemina en el tejido linfoide y en los ganglios linfáticos.
- Entre las 2 y las 6 semanas se puede detectar ya el antígeno p24. Este antígeno es el que se busca en las pruebas para detectar la presencia del virus, aunque hasta que no hayan pasado 90 días los resultados no pueden considerarse fiables.
- Esta etapa tiene una duración variable, estimada en años, en la que el virus se va multiplicando.
- Los afectados suelen permanecer asintomáticos (sin síntomas).
- Aumento de la multiplicación del VIH.
- Aparición de graves infecciones oportunistas.
DIAGNÓSTICO DEL SIDA
No existen síntomas iniciales que puedan hacer sospechar a una persona que se ha infectado con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Para comprobarlo, es necesario realizar un examen de sangre específico, denominado Prueba de Anticuerpos al VIH (que es gratuita, inocua y confidencial). Si la prueba es positiva indica que la persona tiene el virus, pero eso no significa que haya desarrollado la enfermedad, ni que necesariamente vaya a desarrollarla. Hay muchas personas que están infectadas sin saberlo, de ahí la importancia de un diagnóstico precoz, que evitaría nuevos contagios.

Aunque se trate de una decisión personal, si tienes cualquier duda es conveniente que te sometas a esta prueba, no sólo para evitar transmitir el virus a otras personas, sino para que el médico pueda valorar cuándo empezar con el tratamiento, ya que su efectividad aumenta si se inicia en el momento oportuno.
El periodo de ventana.-
Durante un tiempo tras la infección no se pueden detectar todavía los anticuerpos en la sangre, esta etapa se conoce como periodo de ventana, y es el espacio de tiempo que tiene que pasar entre una práctica de riesgo y el momento adecuado para realizar la prueba del VIH y que su resultado se considere fiable. Por lo general, desde que el virus entra en el organismo hasta que los anticuerpos aparecen en la sangre pasan entre cuatro y ocho semanas pero, para mayor seguridad, se aconseja que la prueba se realice tres meses después de la práctica de riesgo.
En el caso de los bebés que han podido ser infectados por una madre seropositiva, para que la prueba de anticuerpos resulte fiable hay que esperar a que el sistema inmunológico del niño esté totalmente desarrollado, lo que tarda entre 12 y 18 meses.Durante un tiempo tras la infección no se pueden detectar todavía los anticuerpos en la sangre, esta etapa se conoce como periodo de ventana, y es el espacio de tiempo que tiene que pasar entre una práctica de riesgo y el momento adecuado para realizar la prueba del VIH y que su resultado se considere fiable. Por lo general, desde que el virus entra en el organismo hasta que los anticuerpos aparecen en la sangre pasan entre cuatro y ocho semanas pero, para mayor seguridad, se aconseja que la prueba se realice tres meses después de la práctica de riesgo.
¿Qué técnicas se emplean para detectar la infección por el VIH?
En la mayoría de los casos se usan técnicas inmunoenzimáticas en una muestra de sangre. En caso de que el resultado sea positivo, con la misma muestra de sangre extraída se realiza una técnica más específica para confirmar el resultado, siendo el Western Blot el método más empleado.
El VIH también puede determinarse por métodos directos que incluyen el cultivo vírico, la determinación del antígeno p24 en plasma o suero y la demostración de genoma vírico mediante técnicas de biología molecular. Estos métodos se reservan para situaciones especiales: estudios de variabilidad genética, diagnóstico de recién nacidos, screening de donantes, seguimiento de pacientes VIH positivos, etcétera.
PRUEBA DEL SIDA
La única forma fiable de saber si una persona está o no infectada por el virus del sida es mediante la prueba del VIH. Estos test miden, mediante un sencillo análisis de sangre, los anticuerpos que genera el organismo frente al VIH.
¿Cuándo debo hacerme la prueba del sida?
Si has tenido una práctica de riesgo o has estado en una situación de posible contagio, acude a tu médico lo antes posible, no sólo por quitarte de encima la angustia del “¿estaré infectado?”, sino porque la anticipación es crucial, tanto para evitar que la infección se extienda y tu salud empeore, como para no contagiar a otras personas.
En tu centro sanitario te indicarán si debes hacerte la prueba y, en caso de que el resultado sea negativo, si es necesario repetírtela de nuevo y cuándo. Y es que debes tener en cuenta que el sistema inmunitario tarda entre dos y ocho semanas en producir anticuerpos suficientes para ser detectados por la prueba. Este tiempo no es igual para todo el mundo, casi todas las personas generan estos anticuerpos a los tres meses de la práctica de riesgo, pero en algunos casos se puede tardar hasta seis meses, por lo que conviene no bajar la guardia.
- Es recomendable que te hagas la prueba del VIH si te encuentras en alguno de estos casos:
- Si has tenido relaciones sexuales con penetración (anal o vaginal) sin utilizar preservativo con una mujer o un hombre con VIH, o con una o diversas parejas de las que no puedas tener la seguridad de que no estuvieran infectadas. También el sexo oral supone un riesgo, sobre todo si tienes alguna herida en la mucosa bucal cuando lo practiques. Aunque esto sucediera hace años y desde entonces no hayas vuelto a incurrir en prácticas de riesgo, es conveniente que te hagas la prueba para asegurarte que no te contagiaron.
- Si presentas signos o síntomas indicativos de infección por VIH o enfermedad característica de sida.
- Si en algún momento de tu vida has compartido el material para inyectarse drogas (jeringuillas, agujas, cucharas, filtros…).
- Si te has hecho un tatuaje o un piercing y no estás seguro de las condiciones higiénicas del material empleado.
- Si has padecido alguna infección o enfermedad de transmisión sexual (gonorrea, sífilis, herpes genital...).
- Si estás embarazada o piensas tener un hijo.
- Si tienes una pareja estable y queréis dejar de usar el preservativo en vuestras relaciones sexuales.
- Si has tenido relaciones sexuales sin protección en países de alta prevalencia de infección por VIH.

Pruebas rápidas de detección del VIH ¿Qué son?
¿Qué pasa si el resultado de la prueba de VIH es positivo?
Un resultado positivo significa que tienes anticuerpos contra el VIH, y que te has infectado con el virus. Esto no quiere decir que tengas sida, no todas las personas infectadas por el VIH desarrollan el sida. En este caso acude cuanto antes a tu médico para que te informe de los pasos a seguir. El tratamiento antirretroviral mejora la calidad de vida y retrasa la progresión de la enfermedad.
La información sobre el VIH es fundamental para que sepas cómo has de cuidarte, protegerte de reinfecciones y evitar la transmisión a otras personas. Existen numerosas organizaciones de afectados que te pueden proporcionar ésta y otras informaciones, y asesoramiento de manera gratuita.
¿Me pueden realizar la prueba del VIH sin mi consentimiento?
La prueba diagnóstica del VIH es voluntaria, requiere el consentimiento de la persona y se debe guardar la confidencialidad de la información, tanto en el sistema sanitario público como en el privado.
Las pruebas de detección sí son obligatorias en los siguientes casos: en las donaciones de sangre, plasma sanguíneo y productos hemoderivados, en los transplantes e implantación de órganos humanos y en técnicas de reproducción asistida.
Por otro lado, si tienes más de 16 años no necesitas tener el consentimiento de tus padres para realizarte la prueba del VIH.
¿Qué puedes hacer si te has expuesto a una situación de riesgo de infección por VIH?
La profilaxis post exposición no ocupacional es una medida de prevención secundaria dirigida a evitar el desarrollo de la infección por el VIH tras una exposición accidental al virus, por vía sexual o parenteral, fuera del ámbito sanitario. Si has estado expuesto a una situación de riesgo y no han transcurrido 72 horas desde la exposición al VIH, puedes acudir, preferiblemente en las seis primeras horas, al servicio de Urgencias de un hospital, donde valorarán el riesgo y podrán aconsejarte iniciar un tratamiento preventivo con fármacos antirretrovirales durante 28 días que podría evitar la infección.
TRATAMIENTO DEL SIDA
No hay cura conocida para el sida. Ningún tratamiento elimina por completo el virus del organismo. Sin embargo, sí hay disponibles tratamientos del sida que ayudan a mantener el recuento de CD4 alto y mejoran la calidad de vida de los pacientes.
Es muy utilizada la terapia antirretroviral altamente activa (HAART en inglés o TARGA en español). Se trata de una combinación de varios fármacos antirretrovirales, cuya finalidad es impedir que se multiplique el virus. Consigue reducir el número de partículas de VIH en la sangre, y permite que el conteo de CD4 permanezca alto, lo que conduce a mejorar y prolongar la vida del paciente. Aunque hay que tener presente que el paciente puede seguir transmitiendo el virus.
Esta terapia tiene sus inconvenientes, y es que pueden aparecer los efectos secundarios específicos de cada uno de los fármacos que componen la terapia. Entre los más comunes: náuseas, dolor de cabeza, debilidad, malestar general, y acumulación de grasa en la espalda y en el abdomen. Cuando se utilizan durante un tiempo prolongado aumentan el riesgo de que el paciente sufra un ataque cardíaco.
El médico que prescriba este tratamiento tiene que hacer un seguimiento al paciente para valorar estos posibles efectos secundarios y, cada tres meses, solicitar análisis de sangre para medir los conteos de CD4 y la carga viral del VIH.

Actualmente se dispone de pruebas genéticas capaces de determinar si una cepa de VIH es resistente a un fármaco concreto, lo que puede ayudar a seleccionar la mejor combinación de medicamentos posible para cada persona, y modificar así el tratamiento farmacológico cuando este comienza a fallar.
En el caso de que se trate de una mujer embarazada, el tratamiento debería incluir zidovudina (AZT), desde el comienzo del 2º trimestre hasta el final del embarazo y el parto. El bebé también debe ser tratado durante las 6 primeras semanas de vida.
Otros fármacos usados son: lamivudina o nevirapina.
Es muy beneficioso para los enfermos de sida mantener una buena nutrición, ya que es frecuente observar deficiencias de cinc, selenio, cobre, vitamina B6 y vitamina B12. El hecho de mantener unos niveles correctos de nutrientes les proporcionará una mejora en la función del sistema inmunitario, así como el mantenimiento del peso corporal, lo que mejorará la respuesta al tratamiento.
PRONOSTICO DEL SIDA
El sida es una enfermedad mortal si no se aplica algún tratamiento. La muerte se produce generalmente por neumonías, enfermedades neurológicas, o diferentes tipos de cáncer.
La esperanza de vida de una persona con sida, aunque ha aumentado mucho en los últimos años, aún no se asemeja a la de una persona sana. Sin embargo, la terapia antirretroviral altamente activa ha conseguido incrementar el tiempo de vida de las personas con VIH, y se ha podido constatar que si los niveles de VIH permanecen inhibidos y el conteo de CD4 se mantiene alto (superior a 200 células/mm3), se puede prolongar y mejorar notablemente el pronóstico y la vida del enfermo.
Detectar y tratar adecuadamente la enfermedad es imprescindible para aumentar la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes. Así, el 15% de los bebés con sida no tratados desarrollan síntomas graves y mueren antes del primer año de vida, mientras que el 95% de los niños con sida tratados sobrevive hasta los 16 años como mínimo.
Algunas recomendaciones para mejorar el pronóstico
- Aunque todavía no se pueda erradicar el sida, sí se puede aprender a vivir lo mejor posible con la enfermedad, y alargar así la esperanza de vida.
- Aceptar la realidad es el primer paso para combatir la enfermedad. Si cree que ha estado en situación de riesgo, lo mejor es que se realice la prueba del VIH.
- Hable con su médico y pida la información que necesite para seguir su tratamiento y los hábitos de vida que más le convienen.
- No pierda la ilusión ni suspenda sus planes. La vida continúa también para usted.
- Mantenga una actitud positiva. Preocuparse demasiado puede generarle ansiedad y estrés y perjudicar su sistema inmunitario. Procure relajarse y realizar actividades que le resulten placenteras en compañía de sus seres queridos.
- Si necesita ayuda, no dude en pedirla, ni la rechace cuando se la ofrezcan.
- Practique ejercicio en la medida de sus posibilidades.
- Procure dormir ocho horas diarias y descanse siempre que se encuentre fatigado.
- No deje de comer y siga una dieta equilibrada. Una buena nutrición forma parte del tratamiento para luchar contra la enfermedad y las complicaciones asociadas.
- Debe tomar solo aquellos medicamentos que le recomiende su médico, y consultarle siempre ante un nuevo síntoma en vez de automedicarse. No olvide que los efectos secundarios de los fármacos pueden perjudicar su salud e influir negativamente sobre su alimentación.
- Deje de fumar y evite el consumo de alcohol. Fumar debilita el sistema inmunológico y favorece la aparición de infecciones. El alcohol, además de perjudicar el hígado, provoca la pérdida de vitaminas en el organismo.

PREVENCIÓN DEL SIDA
Para prevenir el sida lo más importante es conocer la enfermedad y sus mecanismos de transmisión. Ante cualquier duda o posible exposición al virus, es preciso someterse a la prueba de detección del VIH, porque un diagnóstico precoz puede mejorar notablemente el pronóstico.
Cómo se contagia el VIH
Saber cómo se contagia el SIDA es fundamental para poder evitar las conductas de riesgo. Para que pueda producirse la transmisión del VIH deben darse tres condiciones:
Evidentemente, es necesario que una de las personas presentes sea portadora del VIH. Ninguna conducta de riesgo (como por ejemplo el sexo anal) supone un riesgo en sí misma si ninguna de las personas implicadas está infectada.
La concentración de VIH tiene que ser suficiente para que se pueda producir la transmisión. La sangre es el fluido corporal donde el virus está más concentrado. Por lo tanto, una pequeña cantidad de sangre bastaría para infectar a alguien. Sin embargo, con la misma cantidad de flujo vaginal no se produciría la transmisión porque el VIH está mucho menos concentrado en ese fluido.
Es necesario que el VIH entre en la corriente sanguínea para contraer el virus. La piel impide que el VIH se introduzca en el organismo, por lo tanto no basta con haber estado en contacto con un fluido contaminado, es necesaria una vía de entrada en forma de herida abierta, cortadura, fisura, desgarro, o a través del contacto con las membranas mucosas.
Cuando una persona está infectada con VIH, puede transmitirlo a otras personas a través de los siguientes fluidos corporales:
- Sangre (las mayores concentraciones de VIH se encuentran en la sangre).
- Semen.
- Secreciones vaginales.
- Leche materna.
- Fluido pre-eyaculatorio. En este los niveles de concentración del VIH son muy bajos, pero existe riesgo.
El VIH no puede transmitirse a través de:
- Saliva.
- Heces.
- Orina.
- Sudor.
- Lágrimas.
- Sida: conductas de riesgo a evitar
Por lo tanto, para prevenir el contagio, lo mejor es evitar las conductas de riesgo que supongan el contacto con los fluidos capaces de transmitir el VIH:
- No intercambiar jeringas o agujas con otras personas, porque la sangre infectada pasaría directamente al torrente sanguíneo, y esta es la forma más rápida y eficaz de contagio.
- Usar siempre instrumentos estériles o desechables para perforar la piel (tatuajes, análisis de sangre, inyecciones...). Por el motivo explicado en el punto anterior.
- Utilizar correctamente preservativos de látex (masculino o femenino) al mantener relaciones sexuales con penetración (ya sea anal, vaginal u oral).
- Evitar el sexo oral sin protección. Aunque parece que la boca es un entorno hostil para el VIH, se han dado casos de transmisión del VIH por vía oral (boca-pene, boca-vagina y boca-ano), por lo que el contacto de semen, secreciones vaginales o sangre infectados en la boca supone un riesgo.
- Las mujeres embarazadas portadoras del virus deben recibir tratamiento para disminuir el riesgo de transmisión al feto durante el embarazo y el parto, y no amamantar al niño. Es aconsejable, además, el parto por cesárea, ya que reduce el riesgo de transmitir el virus al bebé.
- Los profesionales sanitarios que trabajen con enfermos de sida deben extremar las precauciones para no pincharse accidentalmente con agujas infectadas, y utilizar ropa, máscaras y gafas protectoras para evitar el contacto con sangre u otros fluidos que contengan el VIH.
- La sangre que se emplea en las transfusiones, y cualquier producto sanguíneo que se vaya a utilizar en algún tratamiento (como el de la hemofilia, por ejemplo) tienen que ser analizados para descartar la presencia del virus.
- Al igual que la sangre y sus derivados, también es imprescindible analizar el semen donado con la prueba de anticuerpos del VIH antes de ser utilizado.

EL SIDA Y El HEPATITIS C
La hepatitis C y el sida tienen algo en común: la sangre es la principal vía de contagio de ambas enfermedades, y el consumo de drogas intravenosas uno de los factores de riesgo más importante. En España hay alrededor de 150.000 portadores del virus del sida (VIH), de los que al menos la mitad están también infectados con el virus de la hepatitis C (VHC), debido al elevado número de seropositivos que contrajeron ambas infecciones al compartir agujas para inyectarse drogas.

Los estudios realizados al respecto revelan que la coinfección entre ambos virus aumenta las probabilidades de sufrir una insuficiencia hepática grave, que puede acabar con la vida del paciente.
Otro factor que influye negativamente sobre la calidad de vida y el pronóstico de los enfermos que padezcan ambas patologías, está relacionado con el tratamiento anti-VIH. Y es que los fármacos que se emplean para tratar el sida son procesados por el hígado, y si este órgano está dañado por el VHC puede no ser capaz de realizar su función correctamente. Por otra parte, muchos de estos medicamentos también perjudican al hígado, incluso aunque no esté infectado por el VHC; de esta manera, el tratamiento anti-VIH puede agravar todavía más el daño causado al hígado por la hepatitis C.
Los avances en el tratamiento contra el sida han conseguido que los enfermos puedan vivir mucho tiempo con la infección, pero su supervivencia a largo plazo está seriamente amenazada si contraen hepatitis C, cuyas principales complicaciones, la cirrosis y el cáncer de hígado, suponen la primera causa de muerte entre los seropositivos afectados por VHC. Controlar la hepatitis C es, por tanto, imprescindible para mejorar el pronóstico de estos pacientes.
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